lunes, 5 de junio de 2023

Artículo de opinión premiado y seis finalistas


El pasado 29 de mayo recibimos una gran noticia. Marina Maier Alcántara nos agradecía la alta participación y calidad que nuestro centro había tenido en el VII Certamen de Literatura en las Aulas: Escuela de Articulismo. Decía que nuestro instituto era el que había obtenido más trabajos finalistas en esta edición, lo cual era un gran triunfo, especialmente teniendo en cuenta que se habían presentado casi ochocientos trabajos de toda Andalucía, Ceuta y Melilla. De los siete trabajos que pasaron a la final, uno de ellos titulado Tic tac, tic tac, tic tac... recibió el tercer premio. ¡Enhorabuena a todos!




TIC TAC, TIC TAC, TIC TAC…


    ¿Estoy perdiendo el tiempo?¿Será una pérdida de tiempo? Son preguntas que nos atormentan comúnmente. Este sustantivo abstracto se define como un período determinado durante el que se realiza una acción o se desarrolla un acontecimiento.

      Desde que somos inconscientes estamos sujetos a una franja horaria, un horario. Nos acostumbran a despertarnos desde temprano y dormirnos a horas no muy tardías, ya que se refuerza con la normalidad. Estamos acostumbrados a esta monotonía, pero ¿quién decidió a partir de qué hora es la adecuada? Habrá dinero invertido por parte del gobierno en estas investigaciones multinacionales, pero nadie realmente se pausa a pensarlo. El tiempo es el responsable de no reconocer a una persona que conocimos hace años, de ser ambiciosos con un futuro y aferrarnos a un pasado. ¿Cómo sabemos si estamos aprovechando cada momento? Estudia, trabaja, disfruta… ¿Y después? Se acabó nuestro tiempo y quizás en esos últimos minutos nos arrepintamos por todos aquellos aspectos en los que no tuvimos agallas. Nos querremos dirigir a todas las personas de nuestro trecho vital y analizaremos lo pésima que ha sido nuestra vida, porque el homo sapiens es así por naturaleza: se centra en todo lo que no ha tenido como infeliz y no se basa en la dicha de lo que ya tiene.

       Nuestro reloj de arena personal se desgasta, las partículas finas de rocas y minerales lo atraviesan depositándose en una montaña que se reúne con abundancia. El minutero y el segundero están trabajando y no hay manera de que la manecilla del horario retroceda. Aprende a ser feliz y restar tristeza, pregúntate mil cuestiones, sal de dudas, afronta lo que más te aterra, no te quedes en el qué pensarán o qué pasará, ten personalidad y no te lamentes, porque el arrepentimiento es la mayor pérdida de tiempo.
                                                                

                                                                                                                                                Amay Gómez Canca


Causa y efecto


    Jean Sibelius fue un gran violinista perteneciente al Romanticismo. Su composición recoge uno de los mejores repertorios para el violín romántico. Sin embargo, sus problemas de alcoholismo y otras adicciones hacen que, hoy día, se juzgue su obra musical. Un ser sinestético tachado por una sociedad consciente de su vida personal. Luis de Góngora, poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro y máximo exponente del Culteranismo. Sin embargo, no fue su enemistad con Quevedo y sus disputas el motivo de sus críticas, sino la misoginia que se palpaba en su poemario y en la época que vivió. Su vasta y erudita obra fue desprestigiada por una sociedad abrumada por el machismo que completaba la personalidad de este genio.

    El fútbol, al igual que la Música Clásica o la Literatura de los célebres autores mencionados, ha sufrido un fuerte ataque durante la celebración de la Copa del Mundo en un país subdesarrollado social y psicológicamente. Este deporte es criticado por ser misógino y xenófobo. Estos ataques no son más que misiles sin rumbo. ¿Tienen culpa los sonetos de Góngora o los conciertos de Sibelius de haber sido escritos por hombres imperfectos? El verdadero problema radica en no saber diferenciar la obra del autor. El fútbol ha vivido en una sociedad inmoral que ha ido de la mano del balón y del campo de juego. Sin embargo, el auge en la discriminación en dicho deporte se ha visto incrementado en Qatar: un país que mantiene a las mujeres en la sombra.

    Es, entonces, cuando se comprende la insatisfacción sentida. Ya no por la morfología del deporte o por su carácter excluyente, sino por el poder del dinero, poderoso caballero, que en un país dictatorial alejado años luz de la realidad, ha permitido celebrar el mayor evento deportivo de todos los tiempos.


                                                                                                                                              Jaime Díaz Moreno

El valor de abandonar


    Seguro que muchos de nosotros hemos visto películas o hemos leído libros en los que se refuerza el mensaje esfuérzate hasta el final, no te rindas nunca, persigue tus sueños… Sin embargo, estas y otras muchas citas se han convertido en lemas muy repetidos en conferencias e incluso en las redes sociales, hasta el punto de considerarlos un paso fundamental para desarrollar una vida plena. No obstante, es una visión errónea en cierto modo.

    El concepto de abandonar está mal visto y mal considerado. Cualquier conducta que implique dejar algo sin llegar hasta el final o al límite de nuestras capacidades, se considera un rotundo fracaso y ataca directamente a nuestra confianza. De esta manera, vamos sumando y sumando obligaciones y compromisos, muchos de los cuales no ayudan a mejorar nuestras vidas, sino que contribuyen a empeorarlas. Por ello debemos aprender que abandonar ciertas relaciones, objetivos, trabajos u otras situaciones que se presentan en la simple vida de un ser humano, no es tan negativo. Ya que no se trata de abandonar y darte por perdido, sino de direccionar nuestra vida y encontrar otros caminos en los que seremos más felices. Está claro que el hecho de abandonar provoca tanto miedo como empezar nuevas hazañas; ya que si la sentencia: abandonar es de fracasados nos provoca presión social, no cabe duda de que el miedo a lo desconocido también está presente.

    Sin embargo, detrás de ese miedo encontramos que abandonar ayuda realmente a enfocarnos en lo que verdaderamente nos importa, a reducir nuestra ansiedad, a sentirnos más realizados, optimizar nuestro tiempo y sentir mayor control sobre nuestras vidas. Por eso debemos conocernos y escucharnos, nosotros somos los que mejor nos conocemos y los que decidimos los caminos: qué abandonar y qué escoger, ya que todos los caminos conducen a Roma.


                                                                                                                                                     Marcos López Heras

Fruto vedado, fruto deseado


    Prohibido el uso del móvil en todo el centro. Esta es una norma recurrente en todos los centros educativos. Era, es y será un tema muy controvertido, que nunca llegará a un acuerdo entre estudiantes y profesores. Es comprensible que usar el móvil en clase no esté permitido, debido a que muchos alumnos graban a sus profesores sin su permiso y publican sus caras en distintas redes sociales; sin embargo, los alumnos que lo queremos usar de una manera adecuada: solo para entretenernos en los pasillos, entre clase y clase, en el patio o simplemente para evadirnos cinco minutos y despejar nuestra mente, nos preguntamos por qué tenemos prohibido su uso.

    Es incomprensible que una herramienta tan útil, que puede servir para mejorar las clases o la enseñanza, esté vetada en todo el centro. Mejor dicho, es un grave error no aprovechar los recursos que tenemos a nuestra disposición como complementos de las explicaciones docentes.
    El problema de esta prohibición es que muchas veces los profesores cuando descubren a un alumno con el móvil, no imponen el castigo que se merece por  saltarse las normas y, mucho menos, cuando pertenece a un curso superior, véase bachillerato.

    Hay dos soluciones para este asunto: una opción sería ser más estrictos con el uso del móvil en clase y penalizar a todos los estudiantes con la misma severidad, sin importar la edad o el curso al que pertenezcan; la otra alternativa es permitir el uso del móvil en bachillerato, siempre que se cumplan una serie de requisitos: no usar el móvil durante el transcurso de una clase, ni en las zonas comunes con
estudiantes que sí tienen prohibido su uso. 

    Somos seres digitales. No podemos anclarnos en el pasado ni obviar la realidad de las nuevas tecnologías. Además, todo lo prohibido resulta atractivo.


                                                                                                                                                            Fernando Rayas Ruiz

VOLVER


    Siempre me han gustado las escenas de las películas donde los protagonistas ven pasar un bello paisaje mientras están sentados en un avión, pero no agrada tanto cuando resulta que ese pasajero eres tú. Dejar toda una historia, una familia, una vida… A esto es a lo que se exponen aquellas personas que desgraciadamente por circunstancias de la vida, les toca montarse en ese avión que los llevará al próximo destino.

    Salir de casa, de nuestra zona de confort, puede ser una de las experiencias más duras a las que una persona se tiene que enfrentar. Sí, vivir en un país tan desarrollado como España en el que no nos falta de nada, tenemos una vivienda digna, alimentos para sentarnos a la mesa cuatro veces al día, agua caliente cuando vamos a ducharnos… Todo esto está muy bien; pero, ¿sabes qué te falta y qué deseas tener con todas tus fuerzas? A tu gente, a tu familia.

    Cada mañana una persona se despierta lejos de su tierra, lejos de casa, lejos de su identidad... Todos coinciden en que se embarcan para conseguir el mismo fin: alcanzar una mejor calidad de vida; algunos corren con la suerte de conseguirla, otros aún están en esa lucha. Pero algo es seguro, nuestro equipaje no es nuestro título universitario; la verdad que constituye la esencia de nuestra vida no es nada material. Lo primero que debemos empaquetar es la humildad y la perseverancia. Sí, humildad porque no importa si nuestra carrera profesional estaba en su mejor momento. Cuando ese avión despegue, significará
un volver a empezar. Y perseverancia porque el camino no será sencillo pero el resultado valdrá la pena y el sacrificio también.

    Lucha por tus sueños, lucha por tu familia y lucha por ti: sigue la bella música que marca tu destino.

                                                                                                                                                    Lidia Pérez Carmenates

Un futuro al aire libre


    Una de las adicciones más comunes y peligrosas, en casos muy extremos, es la adicción a los videojuegos. Hoy en día todos los niños y sobre todo los adolescentes usan las nuevas tecnologías para divertirse, pero hay jóvenes que tienen problemas cada vez más serios por culpa de los juegos online.

    Las nuevas generaciones se caracterizan por haber nacido en el periodo de máximo esplendor de una tecnología cada vez más puntera, la cual avanza cada vez más rápido y es muy fácil de dominar para los jóvenes, seres digitales por antonomasia. Actualmente cada adolescente cuenta, como mínimo, con una videoconsola o un móvil con los que se divierte en su tiempo libre: con estos dispositivos acceden a las redes sociales y a los videojuegos. El problema aparece cuando no son capaces de controlar el tiempo que pasan jugando y cuando descuidan sus obligaciones, especialmente sus estudios.

    Los padres deberían controlar más el número de horas que sus hijos pasan delante de las pantallas, porque son actividades muy adictivas. A parte de problemas académicos, la adicción a los videojuegos puede provocar epilepsia, estrés, problemas de vista y de relaciones sociales, sin olvidar el sedentarismo y su consecuencia más graves: la obesidad, la enfermedad más común en todo el mundo. Una enfermedad que causa estragos en países como Estados Unidos y cuyo halo se extiende hasta nuestro país.

    Se trata de una adicción aceptada por la sociedad, sobre todo por los más jóvenes, que ya tienen asimilada esta realidad y piensan que si alguien no consume este tipo de productos está fuera de los estándares de la sociedad de las nuevas generaciones. No es negativo jugar a videojuegos, pero siempre dentro de unos límites muy controlados por los padres o por los propios adolescentes, si tienen la madurez y la personalidad necesarias.

                                                                                                                                                     David Palacios Benítez

FUTURO ESTANCADO

    Creemos que las redes sociales nos benefician y nos ayudan a progresar y difundir información. Es cierto. Pero ¿se utilizan de manera adecuada?

    Las redes son una herramienta de trabajo, pero se han convertido en un idiotizador de personas: con ellas pensamos que todo es perfecto y nos creemos todo lo que vemos en el móvil. El mundo necesita ayuda y perdemos el tiempo, enredados en la telaraña digital.

    Pasan los días. En muchos países hay niñas asesinadas por el simple hecho de ser mujeres, son privadas de necesidades básicas; hay niños obligados a trabajar, explotados en enormes fábricas: nadie actúa. Cuando suben los precios nadie se queja; nadie da el primer paso para cambiar la realidad; nunca salimos a la calle para luchar por los cambios que queremos; vemos cómo nos roban y preferimos agachar la cabeza y estar horas con el móviperdiendo el tiempo. Las redes sociales influyen en nuestra actitud pasiva: TikTok o Instagram solo difunden vídeos irreales y nos quieren vender una falsa realidad para que pensemos que todo va bien. Para que el mundo cambie deberían censurarse contenidos que confunden y desinforman a la población; también se debería hablar más a los jóvenes sobre temas importantes, porque los jóvenes de Europa disfrutan de unas comodidades que son sustituidas por injusticias y sufrimientos en muchísimos puntos del mundo. Esta antítesis provoca un retroceso en la sociedad: lo irrelevante sobresale ante problemas realmente importantes. Adultos y centros educativos deberían informar a los jóvenes sobre lo que sucede a su alrededor para que entre todos acabemos con las injusticias que suceden día tras día.

  En conclusión, deberíamos dejar a un lado las redes sociales que nos engañan, nos desinforman y nos manipulan, para unirnos todos ante los grandes problemas mundiales que nos dañan y estancan nuestra sociedad.


                                                                                                                                            Fabiola Almenta Aguilar

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